La villa romana de la Quintilla es uno de los establecimientos domésticos de época romana más importantes excavados en la Región de Murcia. En este yacimiento, aparte de documentarse un rico y completo programa ornamental (pintura mural y mosaicos), se ha atestiguado un uso prolongado en el tiempo, ya que su ocupación se iniciaría en torno al siglo I d.C. y se prolongaría hasta época medieval islámica, cuando albergaría una población de carácter residual.
La Quintilla se localiza en el margen derecho del río Guadalentín, a escasos cuatro kilómetros de la ciudad de Lorca. La villa se construyó en un lugar privilegiado, no sólo por su situación estratégica, controlando amplios territorios aptos para el cultivo y en las cercanías de una importante vía de comunicación romana (via Augusta), sino porque además se erigió en una ladera aterrazada desde la cual los dueños de la villa debieron gozar de una vista privilegiada (en las proximidades del Cejo de los Enamorados), contando con la ventaja añadida de disponer de una fuente de agua natural a menos de un kilómetro.
Sus estructuras se sitúan a lo largo de media ladera, en las estribaciones de la cara norte de la Sierra de la Torrecica, a una altitud media de unos 520 metros, estando delimitada por la rambla de La Quintilla que la proveía de agua.