Evolución histórica
El Casino forma parte de un conjunto de edificios creados en torno al Balneario de Fortuna, por lo que para conocer su historia debemos recurrir a la del Balneario al que pertenece.
La historia del Balneario de Fortuna se remonta a tiempos del alto imperio romano, para despues musulmanes y cristianos hacer uso de las propiedades curativas de las aguas termales que allí existían, utilizando también éstas para el riego.
Fue en 1860 cuando realmente se explotan las posibilidades de los baños, ya que tras la ley de desamortización eclesiástica de Mendizábal, un vecino de Murcia, don Juan Cháscales Font, decidió adquirirlos y emprendió un proyecto que planteaba los primeros edificios existentes en el Balneario.
El primer edificio levantado constaba de 50 x 16 metros y fue construido sobre las termas, actual Gran Hotel, por el arquitecto José Ramón Más y Font. Sufre un incendio en 1874 en la parte superior y dos años después se construye un nuevo piso. El edificio se planteó con una fachada al estilo neoclásico, pudiéndose observar en el interior algunos restos de decoración modernista, tan utilizada en esta época.
En 1888 se construye la hospedería y finalmente en 1896 comienza a edificarse el Casino.
Los Balnearios constituían centros de descanso y salud, a los que acudían cientos de personas cada año, convirtiéndose en un lugar de gran importancia sobre todo a finales del siglo XIX, por lo que comenzaron a expandirse con la construcción de diversas dependencias como los casinos y los hoteles.
En el Casino de Fortuna se realizaban con asiduidad fiestas que amenizaban la monotonía propia del Balneario y además, a principios del siglo XX, el cinematógrafo Gaumont animaba con sus proyecciones a los visitantes.
Actividad actual
El Casino continúa utilizándose, aunque ya no posee su función principal como salón de juegos, no obstante se ha conformado como un centro de ocio de gran variedad: tiendas, cafetería, salones de reuniones, museo, centro termal y salón de baile.
Personajes ilustres
El Balneario de Fortuna fue visitado por personajes de gran diversidad a lo largo de los años de mayor esplendor y uso, comprendidos entre finales del siglo XIX y el primer cuarto del XX. Uno de las más destacadas personalidades fue el político liberal Práxedes Mateo Sagasta, cuyas frecuentes visitas al complejo del Balneario provocaban una increíble afluencia de dirigentes llegados de toda la región, con la intención de visitar al conocido estadista español.