En el Balneario de Archena hay una lápida romana con la siguiente inscripción:

C. CORNELIVS CARITO . L. HEVIS LABEO II . VIR . AQVAS EX.D.D. REFICIENDAS CVRARVNT . I.Q.P.

"CAIO CORNELIO CARITO Y LUCIO HEIO LABEO, DUUNVIROS, EN VIRTUD DE UN DECRETO DE LOS DECURIONES. DISPUSIERON QUE SE RESTAURARAN LAS TERMAS. Y ASÍ MISMO ELLOS DIERON FE"

     Los diferentes estudios arqueológicos la han datado entre los siglos I y II antes de Cristo. Sin embargo, según las investigaciones realizadas en los aledaños del Balneario de Archena, los primeros pobladores que utilizaron las aguas del manantial fueron los íberos. De sus restos destaca el famoso 'Vaso de los Guerreros', hallado en el Cabezo del Tío Pío, que muestra el arte y la cultura de este pueblo.

     La conquista de Hispania, por parte del imperio Romano, comenzó con la Segunda Guerra Púnica (218-204 a.C), y se inició un lento proceso de transformación social y política que trajo paz y estabilidad a la Península. Las rutas de comerciantes por las vías romanas hicieron de Archena un lugar de paso y peregrinaje, gracias a los beneficios de su manantial, lugar sagrado para los romanos. Pronto se levantaron sobre el manantial Termas y se asentó una población romana firme y duradera. Los estudios arqueológicos estiman que la época de mayor esplendor de las Termas romanas de Archena se dio entre los siglos I y II después de Cristo.

     En cualquier caso, con la conquista de los bizantinos a partir del siglo VI, se perdió el rastro histórico de las Termas de Archena. No se sabe hasta siglos posteriores qué ocurrió. Se especula que fue cayendo en desuso por la poca tradición visigoda a la cultura termal, y el paso del tiempo llevó las Termas a un estado ruinoso.

     A partir de siglo VIII, con la llegada de los árabes, se documentan algunos textos muy pobres donde se indica el uso del agua de Archena sobre todo para regadío. Pero poco más. No es hasta la Reconquista cristiana y la llegada del infante don Alfonso de Castilla, a partir de silgo XIII, cuando las Termas de Archena recobran cierta importancia. Según el historiador Juan Merino, existe un documento histórico que se encuentra en la Real Academia de la Historia, con el título 'Noticias de los baños de Archena', en el que se indica que las aguas del Balneario fueron redescubiertas en el siglo XV: "pues habiendo obtenido algunos moriscos la autorización del comendador de Calasparra, de la Orden de San Juan de Jerusalén, uno de ellos al sacar piedra la encontró (el agua) casualmente". Esto nos indica que en el siglo XV, el Balneario estaba en estado ruinoso y fue recuperado por la Orden de San Juan.

     Alfonso X otorga la población de Archena a la Orden de San Juan. Ésta desarrolló el Balneario utilizándolo como hospital para sus soldados. Los primeros textos sobre el Balneario en los archivos de la Orden datan de 1579, recuperando en parte sus funciones medicinales. La historia no daría tregua al Balneario y el 23 de octubre de 1776 una gran riada destruyó parte de éste. El gran Maestre de la Orden de San Juan, Juan Manuel Mª de las Nieves de Rohan, puso en marcha un proyecto para la restauración del Balneario que se llevó a cabo en 1785.

     El resurgimiento del Balneario a partir del siglo XVIII, fue un momento decisivo en su historia pues marcó su desarrollo en distintas fases, cubriendo un amplio abanico de servicios terapéuticos que ha llegado a nuestros días. Hoy es un lugar de peregrinación donde sus aguas medicinales siguen brotando del manantial primigenio, cautivando a los distintos pobladores de Archena desde hace más de dos mil años.