De pósito municipal a Sede de la Sociedad del Casino
El Casino de Mula se halla situado junto al Ayuntamiento de esta villa, en la parte sur de la Plaza del Ayuntamiento, ocupando, en gran parte, lo que fue el edificio del pósito municipal (granero), construido en 1741 con el fin de poder mantener una remesa de grano que sería administrada en función de la situación económica del momento.
A finales del siglo XIX aparecen datos que muestran el interés de la Sociedad del Casino por dicho almacén, siendo adquirido finalmente por un particular, que a su vez acabó cediéndoselo para poder así remodelarlo y convertirlo en la sede de dicha institución.
Posteriormente ha sido ampliado y reformado ya en el siglo XX, si bien, es el proyecto de Pedro Cerdán Martínez (Torre Pacheco, 1862 - Murcia, 1947) en 1908 el que le confiere su estructura actual.
Arquitectura
Se trata de una construcción de tres plantas, que consta de un sótano y dos pisos. Las fachadas frontal y lateral del edificio son austeras, con simples hileras de grandes ventanas enmarcadas en escayola blanca, aunque la primera está pintada actualmente de un color teja. Pese a ello, no destacan por su interés arquitectónico, en contraposición con el interior del edificio.
Como curiosidad cabe destacar la fachada lateral, que en su momento fue la puerta de entrada al pósito original, si bien, la ambiciosa fachada fruto de la ampliación proyectada por Pedro Cerdán nunca llegó a realizarse.
Ampliación de 1908
A finales del siglo XIX, la Sociedad del Casino adquiere unos terrenos adyacentes al local inicial comunicados con la calle Oscura, con el fin de ampliar las dependencias del edificio, que constaba de dos plantas más el sótano. Intervino en este nuevo proyecto don Juan Antonio Perea (gobernador civil en varias provincias) cuya relación amistosa con Pedro Cerdán lleva a éste a aceptar el proyecto de remodelación y ampliación del Casino.
Por ello, en mayo de 1908 aparece una memoria y unos planos detallados de dicho proyecto. Como comenta don Juan González Castaño (cronista oficial de Mula en la actualidad y eminente socio del Casino), el proyecto 'establecía dos vestíbulos, unidos o separados por una puerta. El de dentro, el que uniría la parte antigua con la nueva, se dotaba de un amplio lucernario y de una pequeña fuente. A su alrededor se disponían la secretaría, la sala de juntas, las salas de juego y los servicios...' Este proyecto fue ejecutado en su gran parte, exceptuando las fachadas exteriores y la fuente del segundo vestíbulo, ofreciendo en su conjunto uno de los edificios modernistas más originales en la Región de Murcia.
Distribución actual
En la actualidad, el Casino de Mula se halla dividido en dos cuerpos, el perteneciente al edificio original y el que corresponde a la ampliación de 1908.
El primer cuerpo se compone de un vestíbulo al que se accede desde la entrada principal y de una cafetería-restaurante en su flanco izquierdo. Destaca aquí la escalera que comunica con la planta superior y que conduce hasta la actual sala de baile, de exquisita decoración, y al corredor del edificio adjunto. Dicha escalera posee un nítido carácter modernista, pese a la sobriedad reinante en el conjunto del Casino, debido, sobre todo, al excelente acabado de su barandilla.
Una vez superado el vestíbulo, la primera planta se abre al cuerpo sobre el que se realizó la ampliación proyectada por Pedro Cerdán, con ciertas reminiscencias modernistas. Éste consta de dos plantas, siendo la primera una amplia sala que se comunica con habitaciones laterales, distintas salas de juego, cuartos de baño y una pequeña biblioteca que resalta por su techo decorado con casetones de madera. La segunda planta es un corredor abierto con un hermoso tragaluz que mantiene iluminado el edificio prácticamente todo el día. Las salas adyacentes a este corredor son de juego.
En conjunto, el interior del edificio se asemeja estructuralmente al del Casino de Murcia, cuya portada fue reformada por el mismo arquitecto, si bien la sobriedad y la austeridad sobresalen aquí exceptuando las salas y espacios resaltados con anterioridad, todo ello pese a posteriores reformas sufridas como la de Marzo de 1960, la de Septiembre de 1975 y la de 1988, básicamente destinadas a la variación del mobiliario.