Los restos de la torre del Moro se encuentran muy cerca del caserío cartagenero de Cuesta Blanca. Desde el núcleo urbano de la ciudad portuaria nos dirigiremos hacia la antigua carretera general que la comunicaba con Almería a través de Mazarrón. Tras pasar por Los Patojos y los Molinos Marfagones se llega a Cuesta Blanca, donde surge, a la izquierda, el desvío para llegar a la diputación rural de Perín. A poca distancia de este cruce veremos a la izquierda, dominando un bancal de almendros, la torre del Moro. Se encuentra, por tanto, enclavada en una propiedad privada.
Se trata de una típica torre rural asociada a un proceso repoblador, que, al igual que la cercana torre Rubia, se podría fechar en torno a los siglos XVI o XVII, coincidiendo con el reinado de los Austrias y la necesidad de proteger las costas peninsulares de los frecuentes ataques de los piratas berberiscos.
La fortificación, cuyos muros fueron levantados con piedras trabadas con argamasa de cal, tiene planta rectangular, y actualmente presenta dos alturas de las tres que tuvo que tener.
Desde su desaparecida terraza almenada hubo de ser posible la dominación visual de una extensa planicie de los campos occidentales de Cartagena. Está en muy mal estado de conservación, con las cubiertas hundidas y los zócalos muy erosionados.
La torre del Moro se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.