De entre todos los hallazgos que pueden admirarse en la Casa de la Fortuna, destacan sobre todo sus pinturas murales y sus mosaicos.
Los paneles pictóricos destacan por su gran cromatismo y belleza. Entre los mosaicos podemos encontrar vestigios con múltiples motivos ornamentales geométricos o simbólicos que emblematizaban elementos de la naturaleza y de la mitología
La pared de la sala de recepción estaba decorada con un zócalo en negro, la zona media con grandes paneles en rojo e interpaneles decorados con motivos vegetales, guirnaldas de flores, candelabros y cisnes, rematados algunos con figuritas humanas. La elección de estos momentos no es gratuito, sino que el propietario, a través de ellos, manifiesta sus conocimientos artísticos y su bagaje cultural.
La pintura mural se hacía tradicionalmente con la técnica del fresco, que consiste en pintar cuando el motivo de la pared todavía no estaba seco del todo; ello permitía una mayor consistencia en la pintura y un rico colorido.
Las pinturas de la Casa de la Fortuna fueron recuperadas en el proceso de excavación y posteriormente restaurados.