Su planta es de forma circular, mientras que su alzado troncocónico se eleva unos 12 metros.
Su construcción se basa en la utilización de piedras unidas con una argamasa de cal y arena, creando muros de un grosor suficiente como para poder aguantar las acometidas del viento y el peso de toda la maquinaria.
Su cubierta está formada por una serie de tablas de madera unidas a un eje que permiten la movilidad de las aspas para orientarlas a la dirección del viento, estas aspas van unidas a un palo guía en su parte posterior que era el que se movía para cambiar la posición de las aspas y cuya inclinación venía determinada por el diámetro del andén en el que se situaba la rueda terrera.
Su interior contaba con tres plantas en las que se repartía la maquinaria necesaria para el proceso de fabricación de harina. Estas plantas estaban construidas por vigas y recubierto de tablas de madera.
Conocemos parte de su historia gracias a la documentación existente en su archivo municipal. Sabemos que aparece por primera vez reflejada su existencia en 1838 y que a partir de este año ininterrumpidamente su dueño paga los impuestos del inmueble hasta 1843.
No se vuelve a saber nada de esta construcción hasta 1851, siendo a partir de ese año su nuevo dueño Gregorio Sánchez Egea hasta 1874. A parir de ese año se suceden los dueños: Hermenegildo Sánchez Visctoria, Antonio Baño Victoria, Hilariona Victoria y Mariano Sánchez Victoria, que fue su último dueño a mediados del siglo pasado cuando la maquinaría industrial sustituyó definitivamente a estas construcciones de enormes aspas.
El ayuntamiento de Torre Pacheco lo restauró en 1997, siendo el uno de los pocos del municipio que se encuentra en perfecto estado de conservación.