Fue declarada monumento histórico-artístico en 1931 y, en 1962 fue incluida dentro del perímetro del Conjunto Histórico Artístico de Lorca.
La fortificación actual remonta sus orígenes a los primeros siglos de la dominación musulmana, es decir, a los siglos VIII y IX d.C adaptándose perfectamente al perímetro de la meseta rocosa en la que se sitúa.
Los tramos más antiguos de la muralla se sitúan en el sector Noroeste; estos son de época califal (siglo X) y tienen una cimentación características de esa época, el opus spicatum, es decir, piedras dispuestas en espiga. Sobre éste se levanta un muro de tapial, mezcla de cal, tierra y piedras de pequeño tamaño.
Esta muralla de tapial delimitaba la alcazaba por su lado Norte, alternando los lienzos de muralla con torreones rectangulares y cuadrados macizados en su base para darle mayor solidez.
El barrio residencial dentro de este recinto se encontraba en el flanco más cercano a la medina y estaba comunicado con ella por la que se llamó la Puerta del Pescado. El albacar estaba en el sector occidental, era una gran explanada fortificada que servía para albergar a la población en caso de peligro.
Destaca de la alcazaba las torres Alfonsina y la del Espolón. La primera es una torre exenta que mandó construir el rey Alfonso X tras la conquista de Lorca. En su interior cuenta con tres salas cubiertas por bóvedas y con elementos propios de la arquitectura cisterciense. La Torre del Espolón o Esperón está en el extremo Oeste del castillo, es una torre de planta cuadrangular, con dos plantas en su interior cubiertas por bóvedas, presenta saeteras para una mejor defensa.