En la Región de Murcia los tramos conservados no son muchos y en su mayoría no se encuentran en muy buen estado, afectados en su mayoría por movimientos de tierra y por los trabajos agrícolas.
La Región estuvo atravesada por varias principales, así como numerosos ramales de segundo orden. Una de estas vías fue la Heraklea. Avanza desde Cádiz, por la costa granadina y almeriense, continua por Cartagena, en paralelo a la costa continuando por Alicante. Otro vía, la Augusta, unía la Bética (la actual Andalucía) con el litoral mediterráneo (Carthago Nova) atravesando el Valle del Guadelentín (Elicroca-Lorca). Junto a estas dos grandes vías hay numerosos ramales secundarios, como el que unía Elicroca (Lorca) con Ilice (Elche) por el interior evitando pasar por Carthago Nova (Cartagena), la que unía esta última ciudad con la vía Augusta en las proximidades de Totana y que pasaba por la Pinilla, otro ramal unía Cartagena con Fortuna, a través del Puerto del Garruchal, o la que comenzaba en Carthago Nova y atravesando el puerto de la Cadena, pasaría por Murcia y Cieza hasta Saltigi (Chinchilla).
Son estos los más importantes trazados documentados hasta la fecha, aunque hay muchos más; muchos de los tramos conservados de estas vías están junto a nuestras carreteras actuales lo que es una prueba de la impresionante eficacia de los ingenieros romanos que con unos medios técnicos y cartográficos muy diferentes a los actuales consiguieron los trazados más directos posibles entre dos puntos.
Un aspecto directamente relacionado con las vías son los edificios llamados mansio, hospederías junto a los caminos, levantadas a intervalos regulares, y que permitían a los viajeros, comerciantes y soldados descansar.
En la Región hay un yacimiento que ha sido interpretado como mansio; es la Hospedería romana de los Baños de Fortuna.