Hoy nos encontramos con una construcción de no grandes dimensiones, con un exterior de sencillo aspecto, realizada en mampostería con basamento de sillería, en cuya fachada principal, sin apenas ornamentación, destaca la portada, que parece superpuesta sobre la fachada.
Prolongación de la misma, partiendo un tejadillo a dos aguas, será el cuerpo de la torre, bloque cuadrado con cuatro vanos en forma de arco de medio punto, situándose en el frontal la campana. Ello cubierto con tejado a cuatro aguas, coronado por una pequeña cruz de hierro forjado.
La puerta de acceso, de dos hojas en madera, se sitúa en el interior de varios arcos de medio punto que disminuyen de tamaño. Sobre ella se encuentra el reloj, y una decorada cruz en hierro forjado negro.
El cuerpo izquierdo de la construcción se corresponde con el balcón de la ermita, donde se baña la Santa Cruz, en forma semicircular, con barandilla de forja, cubierto de un tejadillo también semicircular, en él se sitúa la pila.
De planta rectangular y nave única, posee una sencilla decoración.
La construcción fue un proceso lento, a través de los años se añadieron diversos elementos hasta configurar su actual aspecto interior.
Destacar que hasta la década de los años cuarenta, no había imagen en el templo, fue entonces cuando se puso el Cristo expirando, San Juan y la Virgen de los Dolores, obras que se deben a la aportación de los feligreses. Otras imágenes importantes de esta ermita son La Santa Cruz y Cristo Crucificado.